Presentación de Catrinalla. Materials ta aprender aragonés en Educazión Infantil

El pasado martes 5 de julio de 2016 tuvo lugar la presentación del manual Catrinalla. Materials ta aprender aragonés en Educazión Infantil en el Centro de Historias de Zaragoza. La autora estuvo acompañada por Fernando Rivarés, Consejero de Economía y Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza (entidad que ha financiado una parte de la edición) y Carlos Serrano, presidente de la Sociedad Cultural Aladrada, que edita el trabajo.

Catrinalla. Materials ta aprender aragonés en Educazión Infantil es un proyecto coordinado por Iris Orosia Campos Bandrés y financiado por la consejería de educación del Ayuntamiento de Zaragoza que pretende acercar la lengua aragonesa a los niños del último curso de esta etapa educativa (5 años). Este material se recoge en una carpeta que ofrece tres cuentos ilustrados (con apoyo narrativo en un CD audio), treinta fichas interactivas que permiten el trabajo sobre los contenidos de los relatos, y un cuaderno‐guía para docentes.

Los tres cuentos que constituyen la base del proyecto son: Belianet, l’onset que no quereba estar domato (texto de Alberto Gracia; ilustraciones de Chema Lera); Úrbez e o guardián d’a tuca (texto de Mª José Sanagustín; ilustraciones de Laura Solá) y Balaitús e Cubililla (texto de Manuel R. Campo; ilustraciones de Laura Rubio). A partir de ahí se desarrollan tres propuestas didácticas, articuladas en 30 fichas con diseño de Daniel Viñuales.

Además, los relatos cuentan con un registro sonoro, a través de narraciones con las voces de Sandra Araguás, Toche Menal, Roberto Serrano y Ángel Vergara. La grabación de los relatos contó con la participación del Laboratorio de Sonido del Ayuntamiento de Zaragoza, bajo el sello «Delicias Discográficas».

Catrinalla ha contado con la colaboración de entidades y colectivos culturales (Consello d’a Fabla Aragonesa, Rolde de Estudios Aragoneses, Boira Fablans Zinco Billas, Bente d’Abiento, Rolde O Caxico, Q‐Arte, A Gardincha, Mayestros d’Aragonés), con el aval de Unesco Aragón y la ayuda del Ayuntamiento de Zaragoza.